En el país del domingo 14 de noviembre he leído un artículo en el que se dá cuenta de las quejas de las autoridades marroquíes con respecto a la actuación de los medios de comunicación españoles en los acontecimientos que están sucediendo últimamente en el Aaiun.
De su lectura se desprende que dicho comportamiento merece una autocrítica por parte de los propios medios, que en ocasiones han incurrido en graves irresponsabilidades que justifican el malestar de las autoridades de Marruecos, aunque no desde luego el bloqueo informativo que dichas autoridades han impuesto.
Lo cierto es que las informaciones sobre lo que está ocurriendo e son contradictorias, por lo que las críticas a la prudencia con que está actuando el gobierno español me parecen injustificadas. Parece lógico aplazar las declaraciones de condena, en su caso, hasta que se sepa realmente lo ocurrido. De momento lo que se pide es contención y transparencia, que en mi opinión es lo correcto.
Si se confirmara que entre los fallecidos se cuentan agentes de seguridad marroquíes habría que evaluar también, y tal vez también condenar, la actitud de los activistas saharuis, que tantas simpatías despiertan en la opinion pública española, por lo general recelosa ante Marruecos.
Si se confirmara que entre los fallecidos se cuentan agentes de seguridad marroquíes habría que evaluar también, y tal vez también condenar, la actitud de los activistas saharuis, que tantas simpatías despiertan en la opinion pública española, por lo general recelosa ante Marruecos.
La descolonización española del Sahara fue un desastre cometido por la dictadura de Franco hace treinta y cinco años, del que el gobierno español actual obviamente no es responsable; apelar hoy a su consideración de "potencia colonial" me parece un anacronismo absurdo y sin sentido, pues el único papel que puede jugar hoy España es el de intermediar para que saharahuis y marroquíes alcancen un acuerdo, que es lo que se está haciendo, y como en cualquier otro lugar o contexto, condenar las violaciones de los derechos humanos, siempre que se tenga constancia cierta de las mismas.
Las relaciones entre España y Marruecos son una cuestión de primer orden sobre la que la opinión pública merece estar debidamente informada, por lo que los medios de comunicación deberían tomarse su trabajo de informar un poco más en serio.
Por cierto, a propósito de la cuestión un magnífico artículo de Miguel Ángel Aguilar.
Por cierto, a propósito de la cuestión un magnífico artículo de Miguel Ángel Aguilar.