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martes, 17 de mayo de 2011

Jóvenes indignados en las plazas

En un comentario del día 30 de enero decía, entre otras cosas, a partir de la crisis económica y de las medidas con que se está afrontando "la sensación que se está instalando es la de que estamos dando un paso atrás y que esa nueva posición es irreversible" y que "eso causa frustración y desesperanza; y la sensación de que todo puede ir a peor", para temirnar diciendo en relación con la actitud del gobierno y el partido que lo sustenta que "no se alimenta ni se da pie a la esperanza; y eso es lo que está causando el desapego de la gente; y esa es la causa de la declinante valoración que está sufriendo".
Han pasado más de tres meses desde entonces y hoy veo que nuestras plazas se llenan de jóvenes que reclaman democracia real, argumentando que no lo es la que tenemos, en la que sólo elegimos títeres que ejecutan las decisiones de los que realmente mandan. Se sienten engañados y privados del futuro, y no se resignan a ser los paganos de errores que ellos no han cometido. No hacen nada que deba extrañarnos: exigen los derechos que les decíamos que tenían: al trabajo, a la vivienda, al futuro. Derechos que ahora sin embargo ven que están vacíos, y por eso se sienten engañados, porque realmente lo han sido.
Me he detenido a observar algunas imágenes de lo que ocure en en esas plazas, y a la gente que está acudiendo a ellas. Allí veo gente de izquierda que ya está harta, indignada, y creo que tienen razones sobradas para estarlo. Sin embargo veo también que ese hartazgo y esa indignación va a beneficiar a la derecha, que no está en esas plazas ni va a estarlo. Pero no caben reproches, que cada cuál asuma sus responsabilidades; y los partidos de izquierda la de no estar a la altura de las circunstancias, ni hoy por hoy en condiciones de devolver la esperanza. Que nadie se tire de los pelos ni se toque arrebato porque viene la derecha; mejor que se pongan a pensar en cómo se arregla esto.

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