Datos personales

miércoles, 25 de mayo de 2011

Reflexiones después de la debacle

A la vista de los resultados de las elcciónes del pasado domingo no hay más remedio que reconocer la abrumadora derrota que ha sufrido el PSOE y la izquierda, y por contra el incontestable triunfo del PP y la derecha.
Es indudable que en esos resultados ha tenido mucho que ver la crisis económica que atravesamos y las duras medidas de ajuste que se han adoptado;  muy particularmente pienso en la reducción del salario de los empleados públicos, cuya incidencia en los resultados de las elecciones sería interesante evaluar.
Sin embargo, creo también que un fracaso tan estrepitoso no se produce si no existe el trasfondo de una gestión deficiente y la evidencia de que se han cometido graves errores.
En anteriores ocasiones he defendido la gestión de Zapatero y lo he hecho convencido como estoy de que ha sido un presidente honesto y de izquierdas que en la mayoría de los casos ha hecho lo correcto. Sin embargo, eso no me impide afirmar que es evidente que también se han cometido errores, o cómo calificar si no la absurda decisión de regalar 400 euros cuando la crisis asomaba tras la esquina, o los absurdos chequebebé que el gobierno regaló a todas las familias con independencia de su nivel de renta. Solo dos ejemplos, aunque bien significativos, que demuestran la calidad de algunos de los oráculos que consultaba el presidente Zapatero.
Hay otros errores que también me parecen evidentes, como el escaso acierto en la elección de los cuadros del partido o, lo que es aun más grave, en la designación de los miembros de su gobierno. Personas que no han estado a la altura de tan altas exigencias y responsabilidades, y a las que sin embargo Zapatero se empeñó en encumbrar en detrimento de tanta gente de peso y de talento como podía encontrar en el partido y sus aledaños.
Tampoco me da la impresión de que haya habido mucho acierto en la conformación de estructuras regionales competentes, en las que hemos asistido al progresivo adocenamiento de los líderes regionales y locales, con el consiguiente desapego de personalidades de más talla que habrían generado otras sinergias y otros discursos más certeros.
Todo eso es el pasado pero me temo que va a influir también en un presente que requeriría tantos y tan significativos cambios que dudo mucho que el PSOE vaya a ser capaz de poder acometerlos, al menos en el corto o medio plazo.
La primera conclusión que de cara al futuro me sugieren estas reflexiones es que en el momento actual lo más urgente en la agenda del partido socialista probablemente sea elegir a un candidato; lo más importante, sin embargo, pienso que es elegir a quien sea capaz de regenerar el partido, no en el sentido ético del término, sino en  de la eficacia y la coherencia con la idea de un partido que es la referencia de la izquierda en España; una tarea que se me antoja que va a ser muy complicada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario