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lunes, 28 de marzo de 2011

Ni tan solo ni tan malo

Si atendemos a los portavoces de la oposición conservadora, e incluso a cualificados portavoces del partido en el Gobierno no es difícil llegar a la conclusión de que Zapatero ha perdido credibilidad y probablemente hoy por hoy esté lastrando al partido socialista, que según todas las encuestas y salvo sorpresa, de lo que por cierto la política está llena, vaya a perder las próximas elecciones.

Obiavmente la culpa de todo es de Zapatero, la diana a la que tana gente está encantada de lanzar sus dardos, mejor si están envenenados. Motivos hay muchísimos, según ellos, tan grande es su incomensurable incompetencia en todos los aspectos y particularmente en lo que a economía se refiere, y hasta meritoria su capacidad de acaparación de todos los posibles males, como decía el catecismo para describir la esencia del maligno, sin mezcla de bien alguno.

Uno se podría convencer de que la política económica de Zapatero es ciertamente un total desastre si encontrara datos objetivos que permitieran establecer tal evidencia. Sin embargo, si dejamos de mirarnos al ombligo y abrimos un poco el campo de visión podemos observar algunas cosas que cuando menos llaman la atención. Sorprende por un lado que se critique tanto a quien recibe desde el exterior un razonable espaldarazo a cada una de las sucesivas medidas que en política económica ha ido adoptando. Uno puede llegar a entender las oposición de los sindicatos o la izquierda, por la presión que estas medidas cargan sobre las espaldas más desfavorecias. Sin embargo que sea la derecha quien critique que se haga lo que se está haciendo a requerimiento del establishment conservador que para bien o para mal gobierna el mundo, eso no encuentra fácil explicación. Claro que para estos enemigos interiores siempre es facil oponer que tales medidas aunque acertadas resultan insuficientes y, sobre todo, gran panacea argumental que han descubierto y a la que no le niego su parte de razón, que llegan demasiado tarde.

Pero además, y esto me obliga a relativizar el fundamento de las críticas que se vierten, es que no es sólo al inefable Zapatero al que le le marchan mal las cosas, si observamos lo que está ocurriendo en Reino Unido, Portugal, Francia o Alemania (Italia es caso aparte porque allí la política por parámetros que al menos para mí son insondables) donde sus respectivos líderes, de diverso color político por cierto, aunque mayoritariamente escorados a la derecha, también están sufriendo importantes pérdidas de valoración y sonoros varapalos electorales, aun acuando para los más encarnizados antizapatistas de aquí, por cierto correligionarios ideológicos de aquellos, ellos, como gente de bien y bien formada y documentada, sí que están haciendo bien las cosas.

En Alemania, por ejemplo, antítesis de la situación de España y donde el milagro económico parece que a todo el mundo tiene deslumbrado, resulta que Merkel no atraviesa sus mejores momentos que digamos y cosecha derrotas electorales históricas, que bien es cierto que algunos se empeñarán en maquillar o minimizar aludiendo al repunte de la conciencia verde tras la catástrofe nipona.

Y algo parecido ocurre en Francia, con su locomatora económica también a buena marcha, donde ni el trabajado, y meritorio a mi juicio, todo hay que decirlo, protagonismo de Sarkozy abrazándose una vez más a la liberté,  fraternité y egualité, esta vez con sabor norteafricano, le exime de estruendosos fracasos electorales como el que acaba de recoger en los últimos comicios cantonales, donde mire usted por donde son los socialistas amigos de Zapatero quienes se han alzado con el triunfo.

Pero es el caso portugues el que para mí refleja mejor cómo en la política están funcionando desde hace un tiempo las cosas. Aquí resulta que cae un gobierno, por cierto socialista, porque todo el arco político de la oposición se está negando a exigir a los portugueses un sacrificio sin el que todos coinciden que las consecuencias van a ser peores. Todos son conscientes de que hacer caer al gobierno no es la solución pero todos han estado de acuerdo en empujarle para que caiga. La razón, o mejor dicho la explicación de esta actitud no es otra más que el interés en forzar un adelanto de las elecciones, en las que la victoria del primer partido de la oposición, y esto resulta todavía más incompresible, no está hoy por hoy nada claro que vaya a producirse. Se trata simple y llanamente de perjudicar al adversario y, como quien pesca en rio revuelto, esperar a que con suerte les salgan bien las cosas; y si eso perjudica gravemente al país pues qué le vamos a hacer, ya vendrán tiempos mejores.

Algo parecido a mi entender de lo que ocurre en España, con la pequeña diferencia de que aun con tanto francotirador como anda suelto la economía española, a pesar de todo e incluso de Zapatero, parece que se está recuperando y, qué cosa más rara con lo mal que todo se está haciendo, sin necesidad de rescate bancario o intervención a la vista, que Dios nos guarde llegado el caso.

No es cierto que el adelanto electoral beneficie a los intereses de España, aquí de lo que se trata es de ver si aprovechando la que está callendo nos subimos al poder y nos ponemos nosotros (entiéndase los otros) a arreglarlo, que ya veremos si sabemos hacerlo, porque ideas que hayamos expresado ciertamente que no hay muchas, pero ganas, no sólo de arreglarlo todo, que hay que pensar que también, sino sobre todo de alcanzar el poder y sus prebendas, de esas sí que tenemos (digo yo que dicen ellos).

Y así andamos todos; entre ellos y nosotros y nosotros y ellos, y hoy por hoy con Zapatero en el centro y  recibiendo, a pesar de que según las opiniones de los que suelen estar a la derecha (leasé banqueros y empresarios), él, quiero decir ellos, el gobierno está haciendo su tarea y nos está salvando. Pero eso no importa, aquí lo que importa es que se vaya Zapatero, porque parece que todo está apunto para que entren los otros.

domingo, 20 de marzo de 2011

El modelo de la modernidad catarí

Leo que aviones de Catar se incorporan a las operaciones que la fuerza internacional está desarrollando en Libia bajo el amparo de la ONU y otra vez compruebo el papel que este pequeño emirato está jugando en el despertar democrático que acontece en los países árabes y del magreb.

Catar y ese medio de comunicación catarí que es Alyazeera están contribuyendo decisivamente a mostrar al mundo lo que algunos hasta hace poco dudaban, que modernidad e islam son conceptos perfectamente compatibles. Para los árabes y musulmanes el mensaje de modernidad se trasmite, además, con la fuerza de convicción que sólo puede tener un medio de comunicación que les habla desde sus mismas concepciones culturales, lo que lo hace más atractivo y convincente.

La participacion Catarí en las operaciones militares supone otro gesto de gran valor simbólico. Es cierto que Marruecos y otros países árabes y magrebíes apoyan también la intervención; pero que haya sido Catar el primero en hacer ostensible su participación no viene sino a poner en evidencia el liderazgo que este país se está logrando granjear.

viernes, 18 de marzo de 2011

Libia suma y sigue

Sería una ingenuidad pensar que en la intervención de la comunidad internacional no influye el interés por el petroleo que Líbia guarda en sus desiertos, o la consciencia de que en realidad Gadaffi sea un dirigente débil que difícilmente podrá mantenerse una vez pierda la superioridad militar con la que ha estado masacrando a su propio pueblo. Son enormes las expectativas de beneficios y limitados los riesgos que se asumen, por eso esta vez, a diferencia de otras muchas, la ONU ha actuado.

Sin embargo, esta percepción no impide reconocer que la decisión de poner freno a la barbarie enloquecida de Gadaffi supone también una señal a millones de ciudadanos árabes que la estaban esperando, y un espaldarazo a las reividicaciones de justicia y democracia que están protagonizando, conscientes, esta es mi impresión, de que les ha llegado su momento. Primero fue Túnez y despues Egipto, y ahora puede ser Libia; las preguntas ahora son ¿cuál o cuáles serán los siguientes?, y también ¿cómo darán el paso a las reformas que los ciudadanos van a reclamar?, y por último ¿actuará también la comunidad internacional si en vez de con reformas y apertura los gobiernos responden con represión? Veamos que ocurre en Bahrein y atendamos a los acontecimientos.
En otro orden de cosas me me ha llamado la atención y sorprendido la apelación de Gadaffi a la figura de Franco, y el paralelismo que ha querido establecer entre su reconquista del último reducto rebelde de Bengasi y la caída del Madrid de la República. Sorprende que un dictador que hasta ahora había cultivado un aureola pseudoizquierdista se acuerde en estos momentos de la supuesta azaña de un general fascista. Qué pensarán de tamaño desvarío Hugo Chavez y Daniel Ortega, sus últimos valedores en la escena internacional.

Además, si fuera consciente de las implicaciones que se pueden derivar de su desafortunada comparación Gadaffi seguramente hoy encontraría motivos fundados para la preocupación, pues si la entrada de Franco en Madrid supuso su triunfo en la contienda, también es cierto que esa victoria fue posible gracias principalmente a la superioridad aérea con que Franco pudo contar a lo largo de la guerra, la misma superioridad que el dictador libio acaba de perder.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Insegura seguridad nuclear

Aunque es verdad que se trata de temas muy técnicos y complejos, a la vista de lo que está sucediendo en Japón parece evidente que cualquier persona mínimamente razonable haya podido llegar a la conclusión de que la ubicación de centrales nucleares en territorios con alto riesgo sísmico y de sufrir los efectos de tsunamis no parece que haya sido muy acertado, y sin embargo así se hizo, seguro que después de sesudas y solventes evaluaciones e informes  que llegarían a la conclusión de que los riesgos eran prácticamente inexistentes. Sin embargo el riesgo existía y ahora el error de apreciación parece más que evidente.

Los defensores del uso de la energía nuclear afirman y ofrecen datos e irrefutables explicaciones teóricas que, supuestamente, demuestran que se trata de una tecnología segura, cuyo único inconveniente, si así se le quiere calificar, es que la radioactividad de los residuos que genera tarda miles de años en desactivarse; inconvenencia que se minimiza pues la solución es tan sencilla como depositar esos residuos en cementerios nucleares debidamente diseñados, a salvo, siempre según los consabidos informes técnicos, de cualquier catástrofe que pudiera liberar al exterior la mortífera radioactividad que encierran.

El desastre nuclear de Japón, como ocurrió antes en Chernobil y otros emplazamientos fallidos que no soy capáz de identificar, demuestran que los más sesudos y reputados informes de seguridad pueden ser muy deficientes a la hora de evaluar los riesgos.

En Japón, incomprensiblemente, no se calibró el riesgo de ubicar centrales nucleares en la playa, y ahora ha sido un tsnami el causante de la catástrofe. En España he oído estos días que algunas de nuestras centrales se han construido en el interior, y que el riesgo en este caso radica en que se encuentran muy alejadas del mar o de cualquier río donde se pudiera obtener el agua necesaria para, en caso necesario, enfriarlas.

Supongo que cualquier ingeniero podrá rebatir mis infundadas opiniones sobre un tema que desconozco más allá de lo que cualquier persona medianamente informada, pero permítaseme también a mi dudar de los informes que nos intentan tranquilizar al respecto de una tecnología que se nos presenta como muy segura y limpia, pero que cuando falla, y es una evidencia que a veces falla, resulta enormemente peligrosa.

En otro orden de cosas compruebo con contenida esperanza que la revolución libia sigue centrando la atención y no esta siendo totalmente desplazada por la catástrofe de Japón. También que la comunidad internacional, aunque con su habitual desesperante indecisión y lentitud, sigue manteniendo el tema en su agenda. Ojalá se llegue a tiempo y al final se pueda ver la luz y triunfe la revuelta, porque es mucho lo que hay en juego en ella; ni más ni menos que las aspiraciones de justicia y libertad de millones de árabes, y su confianza en que ningún dictador va a conseguir doblegarles e imponerse por las armas.

martes, 15 de marzo de 2011

La rebelión libia y el desplazamiento del foco informativo

No niego un ápice de importancia a la tremenda catástrofe que está viviendo Japón , así como tampoco el enorme interés de los acontecimientos que allí acontecen, tanto por la dimensión humanitaria del desastre, como por las consecuencias económicas que van a derivarse, o su incidencia en cuestiones que nos tocan muy de cerca, como son los riesgos y el debate que acompaña a la energía nuclear.

Sin embargo todo ello no me parece que justifique el  apartamiento del foco informativo sobre la revolución Líbia.

Me apena ver esos valientes rebeldes que se han levantado en dignidad contra el tirano y que ahora no sólo se están viendo acorralados por una fuerza militar superior y abandonados por una comunidad internacional torpe e indecisa, sino también postergados a un segundo plano informativo por los mismos medios que hasta hace unos días abrían sus ediciones dedicándoles sus principales titulares.

Para estos medios la revuelta libia ha perdido interés informativo y esta es la batalla más importante que el dictador puede estar ganando, la de la atención de la opinión pública internacional sin cuya presión disminuye progresivamente la esperanza de una intervención que pudiera evitar la perpetuación del tirano y el baño de sangre y la represión que, con seguridad, supondría el triunfo de Gadafi.
Es comprensible que la catástrofe en Japón acapare la atención priorotaria de los medios de comunicación, pero me da la impresión de que si esta revolución libia se queda fuera del foco informativo, le quedarán, y nunca mejor dicho, poco más de dos telediarios.

jueves, 10 de marzo de 2011

Revolución a otro lado del Estrecho

A la vista de los últimos acontecimiento que se suceden en los paises de Magreb y Oriente Medio se puede suscitar la duda de si nos encontramos ante aquello de que todo cambie para que todo siga igual, o bien si  estamos asistiendo a cambios verdaderamente sustanciales e incluso revolucionarios.

Yo me inclino a pensar que a partir de que las revueltas triunfaran en Tunez y sobre todo en Egipto, en el mundo árabe y sus aledaños ya nada volverá a ser igual. Lo intuyo en los ojos de los manifestantes más jóvenes, en los que aprecio la firme e irresistible determinación del ciudadano harto de ser humillado y pisoteado por regímenes represores y corruptos. Lo veo en la mirada colectiva y en la actitud decidida de esa masa cívica que se manifiesta en las plazas sin temor, y que ha tomado conciencia de su situación y no está dispuesta a dar un paso atrás en la reivindicación de libertad y dignidad, desde la convicción sobrevenida, y este es el cambio fundamental al que estamos asistiendo, de que los regímenes y las dictaduras que les oprimen no son tan fuertes ni inamovibles como a ellos y a todos nosostros nos habían hecho creer, ni tan listos y capaces sus cleptócratas opresores como para controlar las energías de un pueblo harto de injusticia y humillación, al que las nuevas tecnologías proporcionan no sólo una visión global del mundo en el que viven, sino también la posibilidad real e organizarse.

Tal vez la cercanía en el tiempo y la velocidad con que se suceden los acontecimientos nos dificultan evaluar su dimensión, pero hay evidencias que permiten albergar que realmente estamos asistiendo a una auténtica revolución, en la que por primera vez los pueblos árabes pueden sentir al alcance de su mano la democracia, con todas sus impefecciones y a expensas de los inevitables vaivenes en el proceso que habrá de llevarles a su instauración, pero con los ingredientes esenciales que permiten definirla como tal, los que aderezan el concepto soberanía popular, el principio fundamental de que el poder reside en el pueblo.

El rey de Marruecos anunció ayer una profunda reforma constitucional por la que se vería privado de su ancestral prerrogativa de nombrar al jefe del gobierno, al tiempo que se reforzarán los poderes del parlamento y el poder judicial, todo ello en el marco de elecciones "libres y sinceras". El de Yemen ha dicho algo parecido.

Aunque pueda pasar inadvertido, a lo que estamos asistiendo no es nada más y nada menos que el fin del absolutismo en países que hasta ahora no habían conocido otro régimen de gobierno, y aunque estos cambios se quieran presentar como un proceso de reformas, la  verdadera dimensión de lo que está ocurriendo, bien visto, presenta una trascendencia revolucionaria.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Pon a Kipling en tu vida

                                               
Este Kipling es único para subirle a uno la moral. En un momento en el que el comentario político, por diversas razones, no me motiva, casualmente me he encontrado con el imprevisto apoyo de la poesía, y muy particularmente con  el de algunos poemas de Kipling, alguien cuyo nombre me sonaba y que ahora he descubierto que es una de las figuras cumbres de las letras inglesas, autor entre otras muchas obras del famoso "Libro de la selva".

Aunque no he leído su obra  ya digo que he tenido la suerte de toparme con dos de sus poemas: uno de ellos "Si" o "If", al que me referí en la entrada anterior,  y en el que el poeta  evoca magistralmente  los retos a los que nos enfrentamos cada día, y este otro que acabo de descubrir, que me parece pura medicina emocional.


                                                   CUANDO VAYAN MAL LAS COSAS 

 

Cuando vayan mal las cosas
como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino
sólo cuestas que subir,
cuando tengas mucho haber
pero mucho que pagar,
y precises sonreír
aun teniendo que llorar,
cuando ya el dolor te agobie
y no puedas ya sufrir,
descansar acaso debes
pero nunca desistir.
Tras las sombras de la duda,
ya plateadas ya sombrías,
puede bien surgir el triunfo,
no el fracaso que temías,
y no es dable a tu ignorancia
figurarse cuan cercano,
puede estar el bien que anhelas
y que juzgas tan lejano,
lucha, pues por más que en la
brega tengas que sufrir.
¡Cuando todo esté peor,
más debemos insistir!
Si en la lucha el destino te derriba,
si todo en tu camino es cuesta arriba,
si tu sonrisa es ansia satisfecha,
si hay faena excesiva y vil cosecha,
si a tu caudal se contraponen diques,
Date una tregua, ¡pero no claudiques!
"Porque en esta vida nada es definitivo, toma en cuenta que: todo pasa, todo llega y todo vuelve"

domingo, 6 de marzo de 2011

La impostura del éxito y la derrota

En una columna de El País de hoy Juan Cruz refiere un verso del famoso poema If, de Kipling, en el que el poeta inglés nos advierte de que las sensaciones de triunfo y de derrota son dos impostoras a las que conviene dar el  mismo tratamiento pues, como apunta Cruz, al final siempre nos espera la vida para relativizarlo todo, de tal modo que en la euforia del triunfo encontraremos también la desazón inevitable, y en la tristeza de la derrota la ocasión para albergar esperanza y alegría.

El pensamiento me ha parecido muy interesante y me ha dado ocasión para reflexionar, lo que siempre viene bien al espíritu, además de en cierto modo reconfortarme, lo que también es una evidencia de que atravieso un momento en el que prevalecen las incertidumbres. 

Creo que Kipling expresa un planteamiento vital muy positivo y extraordinariamente útil que me interesa y quiero retener; el de que debemos evitar envanecernos de nuestros éxitos y reparar en que pueden ser, y en general lo son, efímeros, y casi siempre incompletos e incapaces de proporcionarnos la felicidad plena, al tiempo que tampoco debemos dejarnos dominar por la inevitable pesadumbre que es normal que acompañe a nuestros fracasos, pues en estos también debemos, porque podemos conseguirlo, esforzarnos en encontrar motivos que nos permitan ser felices, o lo que tal vez sea lo mismo, sentirnos dignos de ser quienes somos.

La interesante columna de Juan Cruz también me ha llevado a conocer el magnifico poema de Kipling y acercarme a la figura de su autor, y sobre todo me ha proporcionado la ocasión de valorar la apacible sensación de no desear el mal de nadie y de querer y saberme querido por los mios, todo lo cual me sirve para dar por más que bien aprovechado este domingo.

If

Si puedes mantener en su lugar tu cabeza cuando todos a tu alrededor,
han perdido la suya y te culpan de ello.

Si crees en ti mismo cuando todo el mundo duda de ti,
pero también dejas lugar a sus dudas.

Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no te domina el odio
Y aún así no pareces demasiado bueno o demasiado sabio.

Si puedes soñar y no hacer de los sueños tu amo;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes conocer al triunfo y la derrota,
y tratar de la misma manera a esos dos impostores.
Si puedes soportar oír toda la verdad que has dicho,
tergiversada por malhechores para engañar a los necios.
O ver cómo se rompe todo lo que has creado en tu vida,
y agacharte para reconstruírlo con herramientas maltrechas.

Si puedes amontonar todo lo que has ganado
y arriesgarlo todo a un sólo lanzamiento ;
y perderlo, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón y tus nervios y tus tendones,
para seguir adelante mucho después de haberlos perdido,
y resistir cuando no haya nada en ti
salvo la voluntad que te dice: "Resiste!".

Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
o caminar junto a reyes, y no distanciarte de los demás.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el inexorable minuto,
con sesenta segundos que valieron la pena recorrer...

Todo lo que hay sobre La Tierra será tuyo,

y lo que es más: serás un hombre, hijo mío