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domingo, 12 de septiembre de 2010

El valor de las encuentas

Uno de los debates que ha suscitado el proceso de primarias abierto en el PSOE madrileño es el relativo al valor que han de tener las encuentas a la hora de decidir un candidato.

Mientras que la propia irrupción de Trinidad Jiménez se fundamenta precisamente en las mejores opciones que le auguran los sondeos de opinión, uno de los argumentos que se esgrimen en su contra sostiene que los partidos no pueden tomar sus decisiones a golpe de encuentas, e incluso se afirma que si fuera por lo que estas dicen el propio Zapatero no debería ser el próximo candidato a la presidencia del Gobierno.

Me da la impresión de que algunos de quienes restan valor a los sondeos son los mismos que no salen muy bien parados en los mismos, y precisan defender sus aspiraciones en otro tipo de consideraciones más difusas e imponderables.

Entre los principios que informan la toma de decisiones de los partidos destaca el que sostiene que el debate interno debe establecerse siempre en torno a los proyectos y las ideas antes que en torno a las personas, cuya designación o elección, cuando viene al caso, es consecuencia subordinada a la ejecución de la idea o proyecto de que se trate, de tal modo que las cualidades que se le reconozcan o reclamen se defienen exclusivamente en función de su idoneidad para ejecutarlo.

La consecuencia lógica nos permite concluir que en cualquier proceso de primarias en el seno de un partido lo que está en juego no es la elección de un proyecto contrapuesto a otro, pues la pertenencia a un mismo partido presupone la coincidencia cuando menos en los aspectos esenciales de un mismo proyecto. Lo que se deciden en estos casos es la cuestión subordinada del candidato que mejor pueda ponerlo en práctica, y en este punto pienso que las mejores espectativas que se desprendan de los estudios de opinión deben tenerse muy en cuenta, sobre todo cuando las diferencias entre los posibles candidatos son tales que dependiendo de la elección de uno u otro el proyecto pueda efectivamente realizarse, o bien quedar solo en una meritoria propuesta.

A quienes pretenden descalificar el valor de las encuentas aduciendo las valoraciones que en las mismas obtiene Zapatero, yo les respondería, en primer lugar que, hoy por hoy, no se postula ningún candidato alternativo, por lo que tampoco se puede ponderar su valoración en términos comparativos con la de otros posibles candidatos, y en segundo lugar, y sobre todo, que por encima de los resultados que en la actual coyuntura, en cuyas características no me detengo, arrojan las estudios de opinión, conforme a los cuales Zapatero aun en su peor momento sigue teniendo mejor valoración que el lider de la derecha, aquel reúne además el incontestable activo de haber ganado sucesivamente las dos últimas elecciones generales.

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