Datos personales

jueves, 2 de septiembre de 2010

La clave del éxito de unas primarias

Establecer un sistema de primarias es una opción arriesgada para cualquier partido. No es de extrañar que en España sólo el PSOE se haya decidido a implantarlo, y aun así con importantes condicionantes y restricciones para su activación.

Para los partidos la unidad interna es un valor en sí mismo, y la apertura de opciones alternativas y confrontadas lleva siempre implícito el riesgo de la división y el acantonamiento de posiciones, tan perjudicial para la imagen y credibilidad de cualquier organización política. No es de extrañar que para decidir los candidatos que les representen, los partidos se afanen en la búsqueda del consenso y la integración de sensibilidades, y si ello no es posible, se opte por la directa designación de los candidatos, sometida como máximo a su refrendo por parte de la militancia.

Sin embago, la apertura de un proceso de primarias supone también otorgar una oportunidad a la democracia interna, que también constituye un valor en sí misma y una excelente carta de presentación hacia los ciudadanos, además de proporcionar al candidato elegido una impagable campaña de promoción y fortalecimiento de su imagen y su prestigio.

Neutralizar los riesgos de división constituye, por tanto, la clave del éxito de cualquier proceso de primarias, y la condición necesaria para obtener las ventajas que se pueden derivar de su ejercicio. Para ello hay que tener muy presente que al comportar un debate interno, entre adversarios coyunturales que a la vez son compañeros que comparten ideales y objetivos, los límites de la confrontación son más estrechos, y el campo de batalla dialéctico más acotado al terreno del ensalzamiento propio y la propuesta inteligente, evitando el fácil recurso a la descalificación del contrario. Rebasar esos límites puede ser muy contraproducente, por lo que los antagonistas deben cuidar especialmente su discurso, teniendo siempre presente que postularse como mejor candidato requiere ser también capaz de concitar el apoyo de todos los militantes, incluidos los que apoyaron la opción alternativa.

La verdadera dificultad que comporta ganar unas primarias no reside en obtener más votos que el resto de aspirantes, lo que puede ser consecuencia de factores muy ajenos a la calidad del candidato, sino en hacerlo concitando el reconocimiento, el respeto y el apoyo de toda la militancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario